lunes, 10 de septiembre de 2012

Lo bueno se termina

Todo son rayos de sol, calor, shorts, sandalias, el último modelo de gafas de sol y tirantes. Canciones pegadizas de anuncios que te presentan una vida maravillosa. Planes por todas partes, viajes de ensueño y, así, la imaginación se te va de las manos. Y luego viene la frase "Este verano será el verano de mi vida". 

El verano, la estación del año en la que no piensas y en la que todo te da igual. Nos avalanchamos hacia esas aguas azules y esas playas interminables. Todo son amigos, risas, noches infinitas y ninguna preocupación en nuestras mentes. 



Pero todo lo bueno se acaba y el verano, por desgracia, llega a su fin. Llega el frío. La universidad y el colegio vuelven a abrir sus puertas. La rutina se instala de nuevo en nuestras vidas y llegan los encuentros con personas que no ves hace meses. Unos ansiados encuentros y otros que no lo son tanto. Pero siempre comienzan las esperanzas para el nuevo curso y para una nueva temporada. Nuestra cabeza se llena de emociones y de nuevos objetivos y metas. Eso es lo que nos hace seguir adelante y no hundirnos en la depresión post- vacacional. 



Por eso se llama la mejor parte del año, la parte del año en la que vivimos al máximo y en la que aprovechamos todo lo que podemos y más. Lo echamos de menos durante el resto del año, aunque no podríamos vivir en él siempre. Y esto es verdad, ya que la monotonía es un hecho. 

Así que nuestra burbuja de felicidad puede seguir siendo igual todo el invierno y esperar impaciente a volver a sacar la ropa de verano y los bikinis.

Paz Olivares.