jueves, 21 de marzo de 2013

Allá que vamos

Se acerca Semana Santa, y cuando digo acercarse me refiero a MAÑANA. Hace mucho tiempo que unos cuantos estábamos esperando a que llegase el día 22 de marzo. Algunos lo esperabais porque es vuestro cumpleaños (por cierto, desde aquí me gustaría felicitar a mi amiga María, que mañana cumple 22 añitos y que seguro que está emocionada), otros lo esperabais porque volvéis a vuestras casas con la familia, y otros tantos lo estamos esperando porque nos vamos a algún lugar desconocido para nuestros ojos. 

El comienzo de mis vacaciones se define en tres cositas: una maleta, un avión y un destino. Los que me seguís en Twitter (@paz21olivares) sabréis el lugar al que me dirijo, pues pesada soy un rato y, cuando me da por algo, los que me rodean pueden estar listos para soportarme durante varios días con lo mismo. 



Primero os voy a contar mi arte para preparar todo lo necesario para un viaje de una semana. Por supuesto, si seguís mi ejemplo, tendréis que dejarlo todo para el último día porque ¿para qué ser una persona que hace todo a su debido tiempo si puede estar viviendo al límite? Pues eso mismo, estamos a jueves y aún me quedan muchas cosas importantes que meter en la maleta (y, con cosas importantes, quiero decir collares, pulseras, anillos y maquillaje). Pero la cosa no termina aquí, no no. Mañana es que además tengo un examen y aquí sigo estudiando en mi cuarto, que en estos momentos parece un almacén de una tienda de ropa (ropa de verano amontonada y sandalias por todas partes). Otra cosa esencial para un viaje de este calibre es la sesión de belleza, que todavía no he hecho, obviamente. De hecho, aún sigo pensando el color de uñas que me pondré. Como veis, mi arte para preparar todo lo que se necesita para un viaje a la mismísima Riviera Maya no es más que un desastre. 



Nunca he estado en México, pero ahora no os voy a dar el rollo con cómo me espero que sea El Caribe. Solo os voy a decir que, aunque todos penséis en la envidia sana que os voy a dar mañana cuando despegue mi vuelo, estas son las únicas vacaciones de las que voy a poder disfrutar este año y que todos vosotros tenéis un verano por delante, pero algunos como yo nos volvemos a quedar en el calor achicharrante de Madrid. 

Ya os contaré a mi vuelta todos los detalles de mi magnífico viaje a la tierra de aguas cristalinas, arenas blancas y de ruinas mayas. Para más información, consultad mi cuenta de Twitter, desde la que retransmitiré mi día a día: @paz21olivares. 

Paz Olivares. 





lunes, 4 de marzo de 2013

Los 8 mandamientos

Algunos dejan huella en nuestra vida, muchos son familiares y muchos son amigos. La experiencia nos enseña cosas, pero las personas que nos han acompañado durante mucho tiempo también lo hacen. Los que más nos marcan son personas especiales que nos hacen ver que la vida es algo que pasa y que nos tenemos que dar cuenta de que no pasa así por las buenas. Alguien a mi me enseñó algo muy valioso y, aunque cuando me lo enseñó yo fuera un poco inconsciente de todo, se quedó grabado en un papel y hoy cada día lo recuerdo. Ahí va. 

1. Mantener viva la curiosidad y la memoria. ¿Curiosidad? Creo que a mi eso no me falta, precisamente. Sé curioso y observador siempre que puedas y no dejes que se te pase el mínimo detalle de nada sin preguntarte por qué. Y la memoria no podemos controlarla, porque es algo natural de nuestra mente, pero lo que deberíamos hacer es ejercitarla siempre que podamos. Al igual que la curiosidad, la memoria tendría que ser uno de los elementos de nuestra rutina diaria. Escuchar y recordar es una premisa importante. 

2. Andar erguido, con la cabeza alta y sin arrastrar los pies. Estar seguros de nosotros mismos. Yo soy la primera que no he sido lo suficiente segura de mí misma durante muchos años, pero un día vencí ese miedo a enfrentarme al mundo y lo conseguí. Puedo decir que soy segura y tengo confianza en mí. Si eres seguro, demuestras que estás a gusto contigo y que te quieres. Cuando camines, ve con confianza, sin llevar la cabeza baja y levantando los talones. Hazlo, merece la pena. 

3. Uno siempre tiene la edad que aparenta. Aquí entra la imagen que le das a los demás, las apariencias. Puede que no os parezca algo relevante, pero el aspecto refleja gran parte de nuestra personalidad y nos define más de lo que creemos. Cada uno tenemos nuestro propio estilo y nuestra forma de vestir, sin embargo, si sabemos combinar bien una buena sonrisa con ese estilo, triunfaremos. 

4. Tener fe, esperanza e ilusión. Nunca dejes de soñar. Y muchos diréis, ¿para qué, si nunca se cumple nada de lo que quiero? Pues os digo que, a veces, después de haber puesto empeño en algo, la suerte se pone de vuestra parte y los sueños se cumplen. Es cierto que no pasa muy a menudo, pero siempre tendríamos que pensar en esa mínima posibilidad sin perder la esperanza ni la ilusión. Y si una vez fracasamos, para eso tenemos fuerza de voluntad ¿no? Para levantarnos con buen pie y seguir intentándolo una y otra vez. 

5. Bromea, ríe y busca el lado bueno de las cosas. Sé positivo y optimista. Hay días en los que el mundo se te cae encima, pero siempre tenemos algo por lo que alegrarnos. Busca el lado bueno de las cosas y de cada momento. Si tienes que hacer algo que no te apetece o que no soportas, piensa que después de haberlo hecho tendrás ese "Ala, ya está hecho" por lo que ser feliz. Piensa que todo lo malo, al igual que lo bueno, se termina antes o después. Ponte metas y supéralas cada minuto. Solo tú mismo eres capaz de ver el lado maravilloso de tu vida. 

6. Aprovecha el tiempo. El tiempo es un tesoro, es muy caro y, al igual que un diamante, deberíamos conservarlo y aprovecharlo todo lo que podamos y más. Algún día te darás cuenta de que has pasado muchas cosas sin darte cuenta. Eso es lo que debes combatir: vive cada segundo como si fuera el último. En una película dijeron "Los dioses nos envidian. Nos envidian porque somos mortales, porque cada instante nuestro podría ser el último, todo es más hermoso porque hay un final"

7. Ordena tu vida. Si mantienes un orden en tu día a día, tu mente estará también ordenada. Muchos somos un desastre (y me incluyo, para qué negarlo) pero un esfuerzo por llevar un orden siempre en nuestras vidas, hará que el equilibrio reine en nosotros. Ordena tu vida y el orden te mantendrá a ti. 

8. Ama y te corresponderán. Os reiréis porque muchos diréis ¿QUÉ? Vale, lo entiendo. Pero no dejéis de querer a los que de verdad os importan, aunque no seáis correspondidos de la misma forma. Muchas veces descuidamos a personas especiales que nos hacen felices con cada palabra o con cada minuto que nos dedican de su tiempo. Así que sería mejor reflexionar sobre a quién estamos descuidando y si queremos que permanezcan en nuestro día a día. Da a los demás un poco de ti mismo y no les dejes a un lado. Algún día te lo agradecerán.


Paz Olivares (con alguna que otra colaboración, pero ese es mi secreto).