Esta vez no me ha sido posible escribir antes. Últimamente me resulta un poco difícil tener tiempo para vivir y trabajar a la vez, pero es lo que hay. Por supuesto, la semana de la moda se ha quedado fuera de mis planes esta temporada. Claro, ya os decía que estos días me ahogo en un vaso de agua y a veces no sé ni cómo sigo despierta a las nueve de la noche. But that´s life, ¿no?
En este post reviviré un plan que hice según me desperté un día. Tenía que ir a una exposición para escribir una crónica, así que elegí algo distinto a lo que se suele hacer. Me gusta la pintura, pero nunca está de más probar algo nuevo. Así que, como la improvisación es uno de los mejores ingredientes de la vida, allí que fui: a ver joyas.
Es verdad que la pasada semana terminaba la
semana de la moda de Madrid. Cinco días de glamour y nuevas tendencias vestían
la capital. La Mercedes-Benz Fashion Week
es un evento que reúne a miles de amantes de la ropa. Sabemos que las
pasarelas se llenan de focos que apuntan directamente a la alta costura,
incluyendo prendas de todo tipo, pero hay algo que no tenemos en cuenta muy a
menudo.
¿Cómo vestir nuestro cuello,
nuestras muñecas, dedos u orejas? Una sola palabra nos aclara la respuesta a
esta pregunta: joya. Como dijo Marylin Monroe en su día “Los diamantes son los
mejores amigos de una mujer”. Los pequeños detalles como estos se nos escapan
de las manos de vez en cuando y, a pesar de que estamos rodeados de grandes
casas de joyería, nuestras miradas siempre se van a los últimos modelos que
desfilan por las alfombras rojas de los festivales de cine o el estilo de las celebrities fuera de su ámbito
profesional.
En Madrid tenemos muchos
tesoros, y con estos me refiero a las grandes obras de arte que recogen
nuestros museos. Aunque hay una pequeña galería que se encuentra en un rincón
de Ciudad Universitaria que me sorprendió desde que crucé sus puertas. El Museo
del Traje de Madrid y su exposición “Vestir las joyas. Modas y modelos” es uno
de los planes más originales que pueden hacerse un sábado.
El ser humano ha tenido la
joyería como atuendo desde el principio de los tiempos, y es que, incluso
aquellos habitantes de las cavernas, adornaban sus cuerpos con abalorios de
todo tipo de materiales. Según avanzaba, la sala relucía como si de el diamante
más caro del mundo se tratara. Además, la poca iluminación hacía que las
vitrinas fueran aún más brillantes y que aquellos complementos se convirtieran
en los protagonistas de mi mañana.
Cada momento histórico y cada
lugar geográfico se veían reflejados a la perfección en la selección que los
organizadores de la exposición habían hecho. Es cierto que las diferentes zonas
del mundo se han caracterizado durante años por el estilo que sus gentes ha
hecho suyo, aunque el tipo de sociedad que se genera en cada una de esas áreas
del planeta es esencial para el desarrollo de ese estilo.
Las piezas de colección que
posee el Museo del Traje salieron a relucir, y nunca mejor dicho, en una
exposición que nos hace trasladarnos al pasado y poder ser testigos de los
pasos que ha seguido en España el arte de hacer joyas, en el que se incluyen,
por supuesto, las técnicas utilizadas en su elaboración, los materiales con los
que han sido fabricadas, sus significados, su estética y la idea que le llevó
al diseñador a crear ese tesoro.
Para terminar, os dejo con una nueva versión del mítico "Sparkling diamonds" de Marilyn Monroe.
Paz Olivares.