sábado, 8 de febrero de 2014

Un diario, una vieja ilusión

A veces se descubren cosas absurdas. Cosas que creemos que a todo el mundo les parecerán ridículas, pero que para nosotros son todo un mundo. Hace unos días mi madre me mandaba un correo electrónico con un enlace en el que tenía la opción de entrar y que, automáticamente, se creaba una especie de "diario" con el timeline de Twitter. 

Hoy, sábado noche sin plan alguno, el sofá me esperaba y el ordenador me ha estado acompañando un buen rato. Y ahora aquí estoy, con una película de fondo y contándoos un rollo enorme. Lo que quiero decir con todo esto es que los diarios son algo de "niñas", pero no tengo ninguna duda de que muchos de vosotros habéis escrito alguno en algún momento de vuestra vida. 

Y es que rememorar el pasado es, a veces, un jaleo para nuestro presente, pero si lo recordamos con optimismo, los recuerdos no tienen porqué atormentarnos. De hecho, me juego cualquier cosa a que muchos de todos los que en su día fuisteis capaces de llenar dos páginas de un diario, años después, un día que estabais ordenando la habitación, apareció como por arte de magia y os sacó varias sonrisas. 

Renée Zellweger en "El diario de Bridget Jones"

A los que nos gusta esto de escribir, aunque sea de cualquier tontuna, sabemos que las ideas se evaporan como las palabras salen de nuestra boca y no vuelven nunca. Sabemos que, cuando se tiene una idea, debe ser apuntada, por más estúpida que nos parezca. ¿Por qué? De las ideas más insignificantes, han salido las mejores del mundo. 

No sé si este consejo servirá de algo, pero reflejad en algún lugar todo lo que se os pase por la cabeza, ya sean las canciones que os gustan y que nunca descargáis, los títulos de libros y películas que nunca veis ni leéis, los restaurantes en los que nunca coméis o los planes que nunca hacéis. Y todo porque simplemente se nos olvida. Porque la memoria funciona, pero a veces esos pequeños detalles que podrían alegrarnos una aburrida tarde o que podrían hacernos recordar se nos van. La memoria suele ser hábil, pero todo se puede esfumar. 

Paz Olivares. 




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