![]() |
Las Vegas Night |
Al haber viajado desde Madrid hasta la Costa Oeste de Estados Unidos, no podíamos limitarnos a Los Ángeles. Merecía la pena ir a un lugar único, un lugar que, aunque no está en el estado de California, se tardaba solamente una hora de avión.
Concretamente, la ciudad a la que nos dirigíamos se encuentra en el estado de Nevada. No podíamos dejar de ir a la ciudad de los excesos, la ciudad de la fiesta, la ciudad de los casinos. Sí, exacto, estoy hablando de Las Vegas.
Era el día. Todos estábamos ansiosos por conocer una de las ciudades más famosas del mundo. Pues bien, cogimos un avión Los Ángeles- Las Vegas por la mañana. Durante el vuelo, apenas les dio tiempo a las azafatas a sacar el carrito de las bebidas. La razón por la cual no pudimos tomarnos algo fueron las turbulencias (que yo sigo pensando que se debieron a los nervios que tenía el piloto solo de pensar en el destino al que se dirigía). Tomamos tierra y lo primero que vimos fueron los hoteles enormes a lo lejos. Según bajamos del avión, ya había máquinas tragaperras en el mismo aeropuerto.
Góndola en el Hotel "The Venezian" |
Calor, muchísimo calor, se nos pegaba la ropa. En realidad, es una paradoja porque ¿quién se imagina que en pleno desierto va a encontrarse con una ciudad impresionante, llena de hoteles, vida nocturna y luces? Pues sí, allí había como 50 grados, y sin exagerar. Pero entramos al hotel y teníamos para elegir entre siete piscinas. Cada uno de los hoteles tenía una temática: París, Venecia, Nueva York, Egipto, etc. Cada uno también tenía sus peculiaridades: la torre Eiffel, canales de agua con góndolas en medio del hotel, una montaña rusa gigantesca, esfinges, volcanes, lanzaderas y todo lo que podáis imaginar. A lo que iba, nuestro hotel era el Caesars Palace, con la temática de Roma. Allí entrabas y te encontrabas con el Coliseo, la Fontana Di Trevi,... vamos.. como si no hubieras salido de Europa.
Pero no pudimos ir a la piscina, porque tampoco pudimos rechazar ir al que dicen que es el mejor Outlet de todo el país. ¿Quién iba a perderse eso? Yo no, desde luego. Volvimos al hotel como si no hubiéramos comprado en nuestra vida. Nos pusimos nuestro modelito de noche y a la calle. Creo que a partir de ese momento abrí la boca y no la volví a cerrar hasta que me metí en la cama horas después. Gente, gente, espectáculos, gente, gente, música, diversión, gente, más gente, limusinas, luces que se ven a kilómetros, y, por último, más gente. Nunca en mi vida he visto tantas personas por todas partes. Allí no tienes que estar pensando dónde ir para salir por la noche, NO, allí sales a la calle y la fiesta está de tu parte, la fiesta está asegurada.
Podría contar millones de cosas más, pero todo lo que os he dicho es lo que más me impactó y con lo que me quedo. Desde luego, Las Vegas es como siempre lo había imaginado. Una ciudad a la que volveré cuando tenga 21 años, una ciudad a la que le he prometido que volvería seguro. Así que, ya sabéis, si algún día queréis ir, contad conmigo y con algunos más que estuvieron y que también prometieron volver.
Paz Olivares.