lunes, 19 de septiembre de 2011

Primera parada: Los Ángeles

Ya ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me pasé por aquí, pero es que he tenido un verano bastante movidito. Hoy he vuelto para escribir sobre todo lo que he hecho durante tantos días. Quizá muchos de vosotros hayáis comprobado que, cuando alguien habla de Los Ángeles, no lo hace tirando cohetes precisamente. Todo el mundo piensa que es una simple ciudad llena de edificios, palmeras, famosos y poco más. Ante todo, tenemos que tener en cuenta que es la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, así que algo de importancia tiene solo por eso. 
Centro de L.A.

Hay que ir allí para darse cuenta de que es una ciudad impresionante; que ha sido el escenario de miles de películas y series; que es el lugar donde está Rodeo Drive, o sea, la famosa calle de las tiendas carísimas en las que compró Pretty Woman; el Griffith Park, desde el que se puede ver toda la ciudad mientras contemplas el cartel de Hollywood; Beverly Hills, uno de los barrios más famosos del mundo. También tenemos el Paseo de la Fama, en el que te puedes encontrar a cualquier persona, como me pasó a mi, que me encontré con Cayetano Rivera y Eva González, y en el que está el Teatro Kodak. Y por supuesto, no me voy a olvidar de contaros que tienes que tirarte al suelo y pelearte por hacerte una foto con la estrella del mismísimo Michael Jackson. 


Walk of Fame


 Otra de las partes que tiene L.A. es la playa de Santa Mónica, que es enorme, de arena blanca y llena de monumentos californianos. Sí, me refiero a esos monumentos de carne y hueso que te cruzas según paseas por la playa, esos monumentos que están jugando al Volleyball y que cubren su cara con gafas de sol y su cuerpo con un bronceado impecable. 

Universal Studios
Y, por supuesto, no voy a dejar de lado Universal Studios, el parque temático de las películas. Es un lugar al que llegas, compras la entrada y pasas directamente a formar parte de la ficción, te sientes totalmente parte de cualquiera de las escenas que vas viviendo. Yo misma sentí que estaba viviendo un terremoto dentro de una estación de metro, estaba sintiendo el calor de un incendio, descubrí como se hacen los efectos especiales en vivo y en directo. En conclusión:  Universal Studios es una pasada y, si vais alguna vez a L.A., no dejéis de ir porque cometeríais un grave error. 

Paz Olivares. 


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