domingo, 25 de septiembre de 2011

¿En qué momento nos pusieron esa película?

Voy a empezar por el final esta vez. Lo hago porque quiero que sepáis a la conclusión a la que llegamos el tercer día de nuestra estancia en California. La conclusión fue una palabra a la que recurrimos durante el resto del viaje. Es una palabra que todos conocíamos pero que nunca usábamos. Aunque os parezca extraña, la palabra es "Polainas". 

Playa de "La Jolla"

Y ahora hagamos un flashback. Ese día nos dirigíamos a San Diego, una ciudad situada en la costa del Pacífico y que está a unas tres horas de Los Ángeles (en autobús). Como ya os dije, en este viaje éramos 32 personas de la misma familia. Solo tenéis que imaginar a la parte de atrás de ese autobús, todos primos, todos locos y todos riendo a carcajadas. Bien, sigamos con San Diego. Nuestra primera parada del trayecto fue la playa de La Jolla, un sitio en el que, aunque no lo creáis, la gente se baña en el mar con focas, leones marinos y bichos varios. Sí, yo también pienso que es un asco y que nunca lo haría pero, en fin... gente rara. 

Hotel Coronado


Después de esa parada, nos llevaron hacia el Hotel del Coronado. Si habéis visto la película "Con faldas y a lo loco" sabréis a qué hotel me refiero. Y aquí es donde empieza la conclusión a la que llegamos ese día. Cuando volvíamos a Los Ángeles otra vez, en las televisiones nos pusieron "Con faldas y a lo loco", de Marylin Monroe. La parte de atrás del autobús estuvimos demasiado atentos a una película que no habíamos visto en nuestra vida. Demasiado raro que estuviéramos atentos a una en blanco y negro. Pero había una razón: Polainas y las risas que vinieron después de escuchar esa palabra. La versión de la película estaba doblada en mexicano y, de ahí que el mafioso se llamase Polainas. Desde el momento que terminó, la parte de atrás del autobús se volvió completamente loca, entre imitaciones (todas de Polainas) y entre risas y risas. 

Me he reído mucho en toda mi vida, pero puede que ese haya sido uno de esos momentos en los que no puedes más porque te duele tanto la mandíbula que no puedes ni hablar. Solo os aconsejo que, si veis esa película, lo hagáis en la versión mexicana. Y no solo por lo que ya os he contado, sino porque pasaréis un buen rato. Aunque sea en blanco y negro, es divertida y completamente ABSURDA. 

Paz Olivares. 

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