A menudo creemos que nos conocemos a nosotros mismos, pero muchas veces nos damos cuenta de que no somos capaces de definirnos.
A veces pensamos que sabemos todo sobre todo, pero la mayoría de esas veces nos damos un golpe y caemos en que no tenemos ni idea de nada. Cada uno de nosotros hemos aprendido de errores que otros aún no han cometido, así que les aconsejamos para que no se estrellen. Pero hay casos en los que debemos chocarnos contra la pared para aprender, hay ocasiones en las que es mejor cometer errores para no volver a ellos nunca.
Luego tenemos a personas clave en nuestro día a día, que nos acompañan en nuestro camino y que nos dan la mano, tanto si lo necesitamos como si no. Esas personas son las que merecen la pena, esos que siempre que te giras están para ti, aquellos que te ayudan a levantarte y que, muchas veces, te advierten y te dicen el famoso "te lo dije". Esas personas a las que no necesitas llamar cuando te pasa algo, porque te conocen y lo saben. Esos que están hablando contigo y te dicen "vale, ahora me lo cuentas".
Después existen otros casos, los casos en los que de verdad te conoces a ti mismo y sabes cuál será tu reacción ante algo. Lo malo es que nunca sabemos lo que se siente hasta que nos pasa algo. Lo malo es que, hasta que no te das el golpe, no sabes cómo afrontarlo. Lo malo es que nunca vas a poder conocerte a ti mismo del todo, porque nunca habrás tenido todas las experiencias del mundo. Lo malo es que este mundo está repleto de situaciones, y nunca habrás probado todas.
Así que, recuerda, nunca estés seguro de nada y no des nada por supuesto. La vida te sorprende siempre que puede y más.
Paz Olivares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario