Emoticonos monísimos, el botón del mensaje de audio que nos fastidia continuamente, los eternos mensajes de grupos, etc. Todo esto tiene un nombre, y ese es el de Whatsapp. Podréis pensar todo lo que queráis, pero es una auténtica droga. Muchas ventajas, pero también muchos inconvenientes para la comunicación de hoy en día.
Toda sociedad
tiene como base la comunicación, pues sin ella no podría haber contacto entre
los miembros de esa sociedad; sin ella, todo lo que conocemos no existiría y
las relaciones personales serían totalmente nulas. Hemos pasado de tener
únicamente una comunicación oral a hacernos con todo tipo de dispositivos,
hemos dejado de pintar en las paredes y comenzamos a mandar mensajes de audio
hace dos días. Y lo cierto es que, día a día hemos podido llegar a la
conclusión de que las tecnologías son arquitecturas con el poder de transformar
a la gente.
Las relaciones
personales son mucho más sencillas de esta forma, pues mantener el contacto
está a tan solo un clic. Los amigos, los novios, los compañeros de trabajo y
todas las personas que forman parte de nuestra vida están más presentes que
nunca, aunque de forma “virtual”. Solo tenemos que acudir a nuestra agenda de
contactos del Whatsapp para enviar un
mensaje y poder mantener una conversación con ellos.
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Quedarse dormido en plena conversación, la última moda |
Allá donde
miremos, todos los días vemos miles de bromas diciéndonos aquello de que no
podríamos vivir sin el móvil, todos nos reímos, pero después podemos pararnos a
pensar cuántas horas al día nos pasamos utilizándolo. “Temo el día en el que la
tecnología sobrepase nuestra humanidad. Ese día el mundo solo tendrá una
generación de idiotas”. Así predijo Albert Einstein lo que hoy se ha convertido
en una realidad. Lo que está pasando es muy grave, lo que está ocurriendo es
que los artilugios electrónicos están llegando al poder y amenazan con destruir
lo que un día conocimos como vida social activa. Nos estamos convirtiendo en
personas totalmente dependientes de un simple aparato, nos estamos
transformando en una especie de “érase un ser a un móvil pegado”.
¿Qué tipo de
sociedad genera una tecnología como la que usamos ahora? La respuesta es la que
reúne todos los inconvenientes del uso de los nuevos medios de comunicación, y
es que somos una sociedad impaciente por esas largas esperas para que un “en
línea” se convierta en un “escribiendo”,
somos personas que cambian de humor dependiendo de la “última conexión”, que
tratan de expresarse a través de emoticonos y que se vuelven locas si en la
pantalla ven un “batería a un 10%”.
Paz Olivares.
Tan real que da escalofrios reconocer la realidad.
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