lunes, 30 de diciembre de 2013

21 Nocheviejas

Hace dos noches escribí el supuesto último post del año. Pero no podía dejarlo así. Hoy os escribo, aunque de forma distinta. Hoy escribo para alguien. Hoy le dedico esto a la persona que más tardó en nacer del año. Es día 31 de diciembre de 2013. Ha llegado el día más especial para ella, y no es por ser Nochevieja, no. Es porque hoy cumple sus 21. 



Puede parecer muy triste, pero hoy es la primera vez que he podido felicitarla en persona después de tantos años de llamadas telefónicas. Puede parecer muy triste, sí, pero eso hace que el día de hoy sea aún más especial. Supongo que a muchos os importará un comino todo esto, pero bueno, es mi blog al fin y al cabo. Es que hoy quiero felicitar a una de las personas más importantes para mí en este planeta. Sí, es súper típico decirlo, pero en casos como este es verdad, y además una de esas verdades que son inamovibles. 



Muchas veces han sido las que nos hemos dado consejos la una a la otra, y muchas veces han sido las que hemos interpretado los silencios la una de la otra a la perfección. No vivimos a poca distancia, pero al ser dos personas que tanto se quieren, hacemos todo lo posible por vernos, al menos, una vez a la semana. Muchas veces le he dicho que a una persona se la quiere por como es, con sus defectos y sus cualidades, pero sobre todo por las dos cosas juntas. De hecho, eso es lo que más me gusta de su forma de ser y lo que la hace tan única. 

"Otros tiempos"
Sí, sus defectos. Es impuntual como ella solo sabe, despistada como nadie y, por supuesto, lenta como la tortuga que le regalé hace dos años y que a saber donde estará. Pero también está su lado de múltiples virtudes, su lado más dulce y su lado más "precavido". Todo el que la conoce sabe que es pesada, pero el que la conoce bien sabe que cuenta las historias con todo lujo de detalles, sin quedarse corta en nada. Todo el que la conoce sabe que de vez en cuando viaja a su mundo, pero los que la conocemos bien sabemos que cuando la necesitamos es capaz de bajar de su nube al instante. Todo el que la conoce sabe que no te cogerá el teléfono a la primera o que tardará en contestar los mensajes de whatsapp tres siglos, pero todos los que sabemos como es somos conscientes de que sabe escuchar y decir siempre la verdad, aunque sea algo que no quieres oír. Todo el que la conoce sabe que está como una cabra, pero todo el que la conoce de verdad sabe perfectamente que ella es prudente en el momento oportuno. Y, por supuesto, todos los que la conocemos bien sabemos que es una de esas personas difíciles de olvidar. 

Hace algunos post escribí algo sobre la amistad. En ese algo que escribí aquel día se podía leer entre líneas el nombre de Ana Masiá. Y es que, como todos sabéis, ella es mi prima. Pero es que tengo la suerte de que comparto con ella genes y amistad. Estamos muy unidas y tengo por seguro que no vamos a dejar de estarlo. De hecho ¿cuánto hemos durado enfadadas? No llegó ni a una hora aquel mal rato. 

Yo podría decir que por ella pongo la mano en el fuego y que sé que en cuanto yo esté pidiendo ayuda sin ni siquiera abrir la boca, me giraré y Ana estará ahí, como siempre ha estado. ¿Por qué? Supongo que porque me conoce como pocos. Bueno, no sé si habré escrito todo lo necesario para que esté a su nivel. Hoy ya llevas tres felicitaciones por mi parte. Una en persona a las doce, otra por whatsapp hace un rato (que, por supuesto, no lo has leído) y ahora esta. Y las que te quedan aún a lo largo del día. Que sí, que hoy estoy en Madrid por fin pasando tu cumpleaños contigo. El primero. Tus 21. Espero que te haya gustado todo el rollo que he contado y que, al menos, te haya hecho sonreír como tú te mereces. 



Y sí, voy a despedirme con un simple y absurdo ALA ADIÓS que tanto te gusta decir. Miles de felicidades Ano Banano. 

Paz Olivares. 


domingo, 29 de diciembre de 2013

Cuenta atrás

Algunos ya hemos vuelto de nuestros días alejados de la capital. Todos hemos pasado ya los días de Nochebuena y Navidad. Ah, y el día de los inocentes, que también ha estado ahí. En definitiva, algunos ya hemos pasado los días de desconexión. Pero, como todo vuelve a empezar, ya estamos aquí de nuevo. Se avecina una de las semanas más esperadas del año. Sí, Nochevieja, Año nuevo y nuestros queridos Reyes Magos de Oriente. Hoy es el último domingo de 2013. Ya comenzamos a comprar las uvas, a ultimar los detalles de nuestro modelito para la última noche del año, a tararear la canción "Un año más" de Mecano y terminamos de hacer los planes para entrar en 2014 con buen pie. 

Comienza la cuenta atrás. Decimos adiós a un año, a un año más para algunos y a un gran año para otros. No sé si lo habéis visto, pero una vez más el Facebook se ha modernizado y al entrar en tu perfil hay una opción llamada "Consulta el resumen de tu año 2013". Aunque claro, ¿para qué hacerlo si todos deberíamos hacer un balance en nuestra memoria? 



Yo utilizaré este post para despedirme del gran año que he tenido. Es verdad que, como a todos os habrá pasado, no habrá sido el mejor de vuestra vida. ¿Y? La verdad es que seguro que no ha sido el peor tampoco. Ha habido alegrías, penas, de todo. No pretendo contar todas mis aventuras y desventuras del 2013 aquí, no. Tampoco pretendo decir un simple "adiós". Lo que sí quiero es que, todos los que habéis hecho que los doce meses de mi año hayan sido así, seáis conscientes de que os estoy dando las gracias. Unas sencillas "gracias". Os agradezco que hayáis estado presentes cada día, aunque a veces os haya parecido insoportable, lo más pesado del mundo o millones de cosas peores. Pero lo cierto es que, si seguís aquí, será por algo. Y, sobre todo, espero que sigáis estándolo. 

Otro de los objetivos de este post, que no me está quedando muy literario (todo hay que decirlo), es que  os hagáis propósitos para el año que viene. Sí. Propósitos. Lo típico que se dice estos días. Sin embargo, no os prometáis algo que no vayáis a cumplir. Hacedlo en serio. Comprometeos con vosotros mismos a ser mejores, a buscar una felicidad en cada segundo que pase, comprometeos a tener una razón por la que despertaros cada mañana. Y, lo más importante, comprometeos a no engañaros a vosotros mismos, porque eso es lo que más vale al final. Sed sinceros. Es una de las mejores cualidades que existen. 



En fin, aún quedan dos días de año. Quien sabe si os encontraréis alguna que otra sorpresa por aquí o por allá en lo que queda de mes. Y, como diría Ana Torroja en su famosa canción "Y aunque para las uvas hay algunos nuevos, a los que ya no están echaremos de menos. Y a ver si espabilamos los que estamos vivos y en el año que viene nos reímos". 

Que comience la cuenta atrás y ¡feliz 2014! 

Paz Olivares. 

sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Un golpe de suerte?

Mañana es día 22 de diciembre. Y claro, todos sabemos qué significa ese día. "El gordo". En algún momento de la mañana cantarán unas voces con más emoción que nunca. En algún instante, alguna familia saltará y llorará con ilusión. Lo que no sabemos es que la suerte, muchas veces, hay que buscarla.

Aprobar un examen sin haber estudiado, encontrarse un trébol de cuatro hojas en un parque, que nos toque la lotería, una herradura, una pata de conejo, comprarnos una "mano de Fátima" o un "ojo turco". Existen mil señales más. Hay muchos símbolos en el planeta tierra que anuncian buena suerte.

Cada cultura tiene un talismán o un amuleto, pero es que también hay ciertas diferencias ene uno y otro. Por ejemplo, un talismán se dice que es un objeto al que su creador le atribuye algún tipo de poder, pero el amuleto es un instrumento que tiene propiedades mágicas naturales. Claro, eso es lo que se dice. Otra cosa es que todo eso sean verdad o simple fantasía. La verdad es que, a veces, sentimos la necesidad de creer en ese tipo de cosas. Nos vemos obligados a tener fe en la magia, y es que a veces la ilusión es a lo único a lo que podemos o queremos aferrarnos.


Pero también muchos nos preguntamos cada día "¿existirá la suerte?", "¿es lo mismo suerte y destino?", "¿y el karma?" Es cierto que el karma es una especie de energía que se deriva de los actos que cometemos, es lo que podría denominarse la ley de "causa y efecto". Por otro lado tenemos el famoso destino, que es un poder sobrenatural inevitable. Siempre se dice "tu destino está escrito".

Sinceramente, yo ya no sé si creer en el destino, en la suerte o si no creer en ninguno de los dos. Hay millones de cosas que nos pasan cada día y muchas de las cuales las buscamos nosotros mismos. Otras nos pasan, supuestamente, sin querer y algunas nos ocurren por un "no se sabe".

¿Qué es la suerte? Mi opinión es que la suerte se trata de un fenómeno inexistente. La suerte no existe, los símbolos que nos encontramos por ahí perdidos de vez en cuando están ahí y punto. E igual que nos los encontramos nosotros, otro podría haber tropezado con ellos. No hay más. Cada uno se crea su propia suerte, cada uno de nosotros elabora su camino y nadie más puede ayudarnos a ello. ¿Por qué? Precisamente porque es solo y únicamente nuestro.

Además, ¿hay alguien que de verdad piense que sin hacer nada va a conseguir algo por simple "suerte"? Yo antes solía creer que sí, pero he tenido miles de ocasiones que me han llevado a pensar lo contrario. Así que acordaos de que si queréis algo, ve a por ello y ya está. Si no llega nada a tus manos, no te quejes porque será que no lo has intentado lo suficiente como para merecerlo.

Hay una frase que siempre me ha gustado, y esa es "el destino baraja las cartas y nosotros somos las que las jugamos". Pues es cierto. Puede que haya algo más allá que nos reparta algo al comienzo de cada día, pero somos nosotros mismos los que decidimos cómo enfrentarnos a todo.

Y en cuanto a la lotería, bueno. Puede que el azar exista. O también los milagros. Por cierto, hace poco emitían en televisión una película por causas de las que todos somos conscientes. "Invictus", de Morgan Freeman. Y con esa excusa, aquí va una foto con una de las frases que más significado tiene para este post. 



Paz Olivares.






sábado, 14 de diciembre de 2013

Destinos navideños

Queda una semana simplemente para las vacaciones más especiales y más bonitas del año. La mayoría de nosotros las pasaremos con la familia, como es típico y lógico, pero otros decidirán viajar a lugares que se transforman en esta época. Los que no nos vamos lejos, hacemos que nuestras mentes se trasladen a esos rincones e imaginamos cómo podría ser vivir unas Navidades fuera de casa. 


Y como una de las cosas que más me gustan en el mundo es conocer sitios nuevos, os propongo algunos para que viajéis de verdad o que lo hagáis "de mentira". Aquí van.

París

Es una de las capitales más famosas del mundo, la llamada "ciudad de la luz" y "ciudad del amor". Así que imaginad cómo será en esta época del año, eso es, iluminada a más no poder. Uno de los ejemplos de lugar que no nos podemos perder allí es el paseo por los Campos Elíseos, la gran avenida que comienza con la Plaza de la Concordia y que termina con el Arco del Triunfo.


Si os gustan las tiendas, lo mejor es entrar en Galerías Lafayette. Puede que los centros comerciales no sean lo vuestro, pero solo por ver la decoración, merece la pena. Y ya de paso, aprovechad y haced vuestras compras navideñas, aunque, eso sí, el precio acompaña a su esplendor. 



Notre Dame es un clásico, y en Navidad no es para menos. Ir allí y mirar el gran árbol que hay en la puerta de la catedral, deja sin aliento. Por supuesto, no os olvidéis de entrar y preguntar por el Jorobado. 


Y es verdad que habrá mil rincones más en los que perderse en esta maravilla europea, pero os voy a recomendar uno al que para llegar hay que salir de la ciudad. Solo os digo que yo he estado en dos ocasiones. La primera vez fui cuando tenía 9 añitos y solo pase un día allí, pero la segunda vez que tuve la oportunidad de volver, curiosamente era Navidad y fue una de las experiencias más mágicas que nunca he tenido. Y tampoco hace falta que seáis unos niños para emocionaros al encontraros a Mickey con un gorro de Papá Noël. 



Londres

La capital inglesa es una de las ciudades más recomendables dentro del abanico de posibilidades navideñas. En ella se respira una mezcla de lo más moderno con lo antiguo. Puede que esa sea la razón por la que miles de turistas la eligen como destino en estos días de frío. Autobuses rojos se funden en un manto blanco de nieve cada año y hay lugares que no podríamos perdernos en una de las ciudades más cosmopolitas de Europa y del mundo. ¿Lo primero? El árbol de Trafalgar Square es uno de los símbolos de Londres en estas fiestas. 


Pero si quieres rozar el cielo y disfrutar de una de las mejores vistas, el London Eye te espera impaciente. Desde allí tendrás Londres a tus pies y las luces de Navidad parpadearán ante ti a lo lejos. Una forma diferente de pasar una tarde y una manera distinta de sentir el ambiente londinense. 


Antes con París fueron las Galerías Lafayette, pero en tierras británicas la opción es Harrods. Con tan solo ver la silueta del edificio, sentirás como una fuerza te atrae hacia él y no podrás evitar cruzar las puertas de uno de los centros comerciales más conocidos dentro de la historia de los centros comerciales. Una pasada donde las haya. 


Laponia

Seguimos en el continente europeo, pero ahora nos hemos trasladado a los helados suelos de Finlandia. 


Un lugar de ensueño, con sus pueblecitos de cuento de hadas y como si de una película de Navidad se tratase. Laponia es una región de Finlandia a la que muchos acuden por las miles de actividades que allí se organizan, ya sean impresionantes excursiones en motos de nieve o bien la visita de la zona, que no deja nada que desear. ¿Y quién se perdería un espectáculo sin igual? Pues eso. Allí el show lo controla la propia naturaleza, y es que las auroras boreales son únicas y se ven precisamente desde el mes de septiembre hasta marzo. La Navidad es la época perfecta para quedarse con la boca abierta durante buena parte de la noche. 


Y aquí no acaba la cosa, sino que otro de los encantos en esta zona es que tenemos miles de visitas preparadas a uno de los lugares más soñados por todo el que siempre creyó en Papá Noël y en sus elfos. Así que, ¿por qué no le entregaríamos la carta nosotros mismos en lugar de ir al buzón de la esquina? 


Nueva York

En el post anterior es verdad que ya os hablé de la Navidad en la Gran Manzana, pero no podía excluirlo de este otro. Como ya sabéis, para mi es una de las ciudades más maravillosas del mundo, llena de culturas diferentes, el lugar al que siempre quieres volver y que en toda ocasión te deja con ganas de más. Yo he sido afortunada y la he visitado dos veces, pero lo cierto es que una de mis Navidades más esperadas es la que pueda pasar allí algún día. No unas Navidades enteras, pero con cinco días como mínimo podría conformarme. 


Y ahora bien, solo tenéis que imaginar que comienza a nevar y que estáis paseando por el legendario Central Park. De repente, aparece un coche de caballos que te atrae al segundo. Pues hay que subir ¿no? 


Después, al atardecer, la mejor de las ideas es patinar sobre hielo en la pista del mismísimo pulmón de Nueva York. De nuevo Central Park nos ofrece un momento de película en un lugar en el que poder contemplar las miles de luces de la ciudad que nunca duerme. 


Ya os he dicho que esto no es para que solo cojáis ideas si viajáis a estos sitios físicamente, sino que por un rato no está mal escapar de la típica Navidad, ¿no? Aunque sea solo con la ayuda de la imaginación. 

Paz Olivares. 
































jueves, 5 de diciembre de 2013

Un árbol con historia

En Madrid ya pudimos ver cómo se iluminaban las calles hace unos días, pero creo que hay un lugar muy concreto en el mundo que marca el comienzo de la Navidad. Vale, ya sé que todavía estamos empezando el mes de diciembre y que todos pensamos que los villancicos deberían ponerse solo en los días clave de estas fechas. También estamos hartos de llevar desde el mes pasado escuchando "ya es Navidad en el Corte Inglés" y viendo todos los anuncios de juguetes que son posibles en la televisión. Ya sé que las promociones de viajes de esquí y los catálogos de centros comerciales no paran de llegarnos, pero es que tenemos que reconocer que somos amantes de las luces, las compras, los amigos invisibles (que, por cierto, aún tengo que idear algo para el mío), las comidísimas, el olor a chimenea y las películas de Papá Noel en las tardes de frío.

Luces navideñas en Madrid

Os decía que existe un lugar en este mundo que tiene mucha influencia para todo y, como no podía ser menos, también marca el inicio de las fiestas más mágicas del año. Supongo que sabréis a qué sitio me refiero, pero si no os daré dos pistas: Rockefeller Center. ¿Ahora sí, no? Antes de nada, deberíamos saber que el Rockefeller Center es un complejo de 19 edificios situado en el centro de la ciudad, más concretamente entre la Quinta y la Sexta Avenida. Fue diseñado por el magnate del petróleo John D. Rockefeller. Su idea era transformar la zona en el segundo distrito de negocios más importante de Nueva York por detrás de Wall Street. Y, si queréis un consejo, cuando vayáis a Nueva York, merece la pena subir a la planta 70 del edificio principal, en la que se sitúa el "Top of the Rock". Además, es una buena alternativa al mirador del Empire State Building y, para mi gusto, tiene mejores vistas. 

Pues bien, en pleno centro de Manhattan lleva encendiéndose cada año desde 1933 el árbol de Navidad (23 metros de altura) más famoso e impresionante que existe. Y fue ayer cuando, a las 9:00 de la noche, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg dio el aviso para que la ciudad que no duerme reluzca más que nunca. 45.000 focos de colores ahorradores de energía, una estrella de cristal Swarovski de 2,8 metros y algunos ángeles de alambre adornan ya la plaza de Rockefeller. 


La tradición comenzó durante la construcción del Rockefeller Center, cuando los obreros colocaron un pino de seis metros y lo adornaron con arándanos y papeles de colores. 



La Navidad se respira en el ambiente. Así, la pista de hielo de este enclave, que estaba abarrotada ayer por las miles de personas que no quisieron perderse este mágico momento a pesar del frío, acogió los villancicos interpretados en directo por Rod Stewart y Mariah Carey, que interpretó el que es ya un himno de las fechas navideñas "All I want for Christmas is you".


Espectaculares vistas aéreas del centro de la plaza neoyorquina


Dad la bienvenida a la época del año cargada de ilusión y, por supuesto, bienvenido seas Diciembre. 

Paz Olivares. 

















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